"Esta es la noche del solsticio, la noche más larga del año. Ahora las tinieblas triunfan y aún así todavía queda un poco de luz. La respiración de la naturaleza está suspendida, todo espera, todo duerme. El Rey Oscuro vive en cada pequeña luz. Nosotros esperamos al alba cuando la Gran Madre dará nuevamente a luz al sol, con la promesa de una nueva primavera. Así es el movimiento eterno, donde el tiempo nunca se detiene, en un círculo que lo envuelve todo. Giramos la rueda para sujetar la luz. Llamamos al sol del vientre de la noche. Así sea."
Feliz solsticio de invierno.
Felices Fiestas a todos y todas, seres de buen corazón.
Desde Guadix para ti y los tuyos
SALUD, PAZ, LIBERTAD
El regreso del SOL
Larga noche que disipaste al día,
resignándole a tan sólo trazos efímeros.
Noche inmensa de derrota,
entrega las armas a un Sol que reaparece.
¡Danzad!, danzad a la luz de las hogueras,
puesto que la oscuridad llora,
llora lágrimas de espacios de luz,
de secuestro de vida.
El invierno ya resigna la puerta,
la nueva primavera se adivina,
Un leve crujido nace a la vida, vence las sombras,
nos acaeció recogido.
Solsticio de invierno un año más rendido,
dejaste cicatriz sobre la piel,
un año más vencido, nuestras esperanzas,
júbilos del alma.
Sueños persas, egipcias, fenicias, sirias, griegas, romanas, celtas, mexicanas, peruanas, hindúes, chinas…
…Yule, Saturnales, Dongzhi, Huitzilopochtli… celebran el día del parto de la reina de los cielos,
la virgen celestial y el nacimiento de su hijo, del Dios solar, Dionisos, o Baco, Mitra o Apolo, Zoroastro u Horus, Osiris , Heracle, Buda, Attis, Khishna, etc… y como no el Cristo cristiano, Jesús de Nazaret o Isa del Islam.
Todos llamados “El Salvador· y nacidos de una virgen, entre el 20 y el 25 de diciembre, ”La puerta de los Dioses”
La Navidad, que conocemos esta basada en la tradición religiosa del nacimiento de Jesús, en Santa Claus (San Nicolás), etc. Pero no siempre ha sido de este modo, las fiestas comenzaron a celebrarse en la Edad Media, siendo los papas de aquella época quienes fijaron la fecha en el 25 de diciembre, precisamente para que los fieles prestasen menos atención a las fiestas paganas del solsticio de invierno y más a las celebraciones religiosas. Incluso desde entonces seguimos con el típico árbol de navidad debido a su origen celta.
El solsticio de invierno es el día más corto del año. Su nombre proviene del latín solstitium (sol sistere o sol quieto). Este término astronómico esta relacionado con la posición del sol en el ecuador celeste.
Los solsticios son aquellos momentos del año en los que el Sol alcanza su máxima posición meridional o boreal. En el solsticio de invierno alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Capricornio. Las fechas del solsticio de invierno y del solsticio de verano están cambiadas para ambos hemisferios.
A lo largo del año la posición del Sol vista desde la Tierra se mueve hacia el Norte y el Sur. Los solsticios son los momentos del año en los que la posición del Sol sobre la esfera celeste alcanza sus posiciones más boreales o australes. Los solsticios son los dos puntos de la esfera celeste en la que el Sol alcanza su máxima declinación norte (+23º 27′) y su máxima declinación sur (-23º 27′) con respecto al ecuador celeste.
La existencia de los solsticios está provocada por la inclinación axial del eje de la Tierra. El momento en que la tierra está más inclinada con respecto al sol, y por ello recibe menos luz. En los solsticios la longitud del día y la altura del Sol al mediodía son máximas (en el solsticio de verano) y mínimas (en el solsticio de invierno) comparadas con cualquier otro día del año. En la mayoría de las culturas antiguas se celebraban festivales conmemorativos de los solsticios. Siendo considerado por muchas culturas como inicio del año, y ese es el motivo de las celebraciones.
En la cultura celta, la festividad del solsticio de invierno recibía el nombre de Yule, el momento en que la rueda del año está en su momento más bajo, preparada para subir de nuevo.
En Escandinavia existía la tradición de celebrar el Yule con bailes y fiestas. También se sacrificaba un cerdo en honor de Frey, dios del amor y la fertilidad, que según la creencia controlaba el tiempo y la lluvia. Durante la festividad de Yule era tradicional quemar el tronco de Yule, un largo tronco de árbol que iba ardiendo lentamente durante toda la temporada de celebraciones, en honor del nacimiento del nuevo sol. De esa tradición proceden los pasteles en forma de tronco (troncos de chocolate) que hoy en día se comen en Navidades.
Los antiguos celtas creían que el árbol representaba un poder, y que ese poder protegía y ayudaba al árbol. Los bosques sagrados servían como templo a los germanos.
Para los galos, la encina era un árbol sagrado sobre el que los druidas, sacerdotes celtas guardianes de las tradiciones, recogían el muérdago siguiendo un rito sagrado. Esta tradición, heredada a través de los siglos, sirvió de inspiración para el actual árbol de Navidad.
En la antigua Roma, en diciembre se celebraba la Saturnalia, en honor al reinado del dios Saturno sobre Roma en la Edad de Oro. En esa edad, la tierra en Roma producía abundantemente y no había guerras ni discordia.
Durante los Saturnales se celebraban fiestas durante una semana entera, con comilonas y abundante bebida. A lo largo de esa semana se invertía el orden social: los amos servían a los esclavos, los esclavos se convertían en amos y desempeñaban altos cargos del estado. Era tradicional intercambiarse regalos hechos en plata, aunque casi cualquier cosa podía servir de regalo para la ocasión. La fiesta también era una celebración del fin de las tinieblas y el comienzo de un nuevo año.
En la Edad Media, estas fiestas se fueron haciendo cada vez más extensas llegando en su fase final a llegar hasta los que hoy conocemos como Carnavales.