Se ha marchado el verano sin cumplir su calendario, en Guadix pasamos de ir paseando por sus calles buscando soportales y su sombra, mejor ni hablar de la “preciosa y capitalina glorieta” toda ella blanca y cegadora, con la sobria sombra que nos ofrecen sus “arbolitos y farolas”.
No tenemos el deseado otoño, que nos de paso al invierno. Este nos llega de golpe y porrazo. Nos deja con las orejas, aún bronceadas como témpanos. Es curioso vernos un día con chanclas, manga corta… y al día siguiente con los abrigos hasta los ojos.
Menudo “veranito” hemos soportado, difícilmente se conseguía dormir, no bajando de 25º la temperatura en el dormitorio. Y esta madrugada hemos bajado a 12º y algunos con la “sabanita” menudo despertar con tiritones, esta noche dos edredones uno eléctrico y el otro con una “bandada” plumas.
Todo ello por no prestar atención a la proclama de Sierra Nevada, cubrió sus cumbres de nieve, incluso curiosamente, el castillo de La Calahorra se ha dejado blanquear.
Que mejor momento para conocer Sierra Nevada.